martes, 7 de agosto de 2012

POSTURAS DURANTE UNA INTERVENCION


POSTURA ABIERTA

Durante una intervención, cuando se aproxime hacia un sospechoso al que puede verle las manos y no observa en ellas ningún riesgo, utilice la llamada postura abierta o de persuasión. En esta posición, las manos del policía deben permanecer abiertas, debajo de la línea de cintura, mostrando las palmas en vez del dorso de las manos. Inicie el diálogo y manténgase a una distancia segura, aproximadamente tres metros, en una actitud no agresiva y fuera del alcance de posibles agresiones del sospechoso (cabeza, manos y pies).
Preséntese tranquilo, pero a la vez alerta para poder moverse rápidamente y defenderse. En caso que la persuasión no funcione, evalúe la necesidad de elevar el nivel de fuerza. Cuando considere necesario acercarse más al sospechoso, usted deberá cambiar de postura en la medida que la mayor proximidad disminuye su tiempo de reacción.


POSTURA DE ALERTA

La postura de alerta debe ser adoptada cuando usted se encuentre dentro del área de alcance del sospechoso (menos de tres metros). Las manos del policía deben ser colocadas a la altura de sus hombros, mostrando las palmas para no sugerir agresividad. El lado de su cuerpo en el que se encuentra el arma debe ser mantenido alejado y fuera del alcance del sospechoso (incluso visualmente). Con sus manos elevadas, usted estará en condiciones de bloquear o defenderse de un golpe, o protegerse con la rodilla de patadas en la entrepierna. Manténgase preparado para alejarse rápidamente, si fuese necesario.


POSTURA DEFENSIVA

Al invadir el espacio personal del sospechoso (muy cercano), perma- nezca listo para controlarlo físicamente, elevando sus manos a la altura del rostro. Adopte una posición de guardia alta sin cerrar los puños. Esta postura defensiva facilita la protección de su cabeza. Al mantener las palmas de las manos dirigidas hacia el sospechoso, usted sigue demostrando una imagen no agresiva.
Al moverse dentro del espacio de reacción permanezca atento. No permita que el sospechoso se le acerque. Si usted considera que no es posible dominarlo con técnicas de defensa personal, no se acerque, pues esto compromete su seguridad y reduce sus opciones de pro- tección. Mientras interactúe con el sospechoso recuerde seguir emitiendo órdenes de acuerdo con las recomendaciones relativas a la verbalización. 

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